Uno de los mayores desafíos que enfrenta un redactor freelance es saber cómo poner precio a su trabajo, especialmente cuando se trata de proyectos largos. Estos encargos pueden durar semanas o meses y requerir mayor planificación, comunicación, revisiones y compromiso. Si no sabes calcular correctamente el valor de tu tiempo y esfuerzo, podrías terminar trabajando mucho por poco.
En este artículo aprenderás a definir tarifas justas y sostenibles para proyectos extensos, considerando variables clave, modelos de precios y consejos prácticos para negociar mejor con tus clientes.
1. Entiende qué implica un proyecto largo
Un proyecto largo no se mide solo por la cantidad de palabras. Puede incluir:
- Múltiples entregas parciales.
- Calendarios de publicación continuos.
- Reuniones periódicas.
- Revisión de contenido anterior.
- Coordinación con otros profesionales.
- Seguimiento de resultados o ajustes estratégicos.
Esto significa que tu precio debe reflejar más que el texto final: debe cubrir tiempo, energía y valor estratégico.
2. Calcula tu precio base por hora o palabra
Para tener un punto de partida, necesitas saber cuánto vale tu tiempo y producción.
Fórmulas comunes:
- Por palabra: útil si el cliente necesita muchos textos similares.
- Por hora: ideal si el alcance no está 100% definido.
- Por proyecto completo: si sabes todo lo que implica el trabajo desde el inicio.
Ejemplo:
- Si cobras 0,08 USD por palabra y el cliente pide 100.000 palabras en 2 meses → 8.000 USD como base.
Pero eso es solo una parte del cálculo.
3. Considera el tiempo de investigación y planificación
En proyectos largos, necesitarás tiempo para comprender a fondo el tono, el público y el sector del cliente.
- ¿Deberás leer materiales internos?
- ¿Investigar competidores?
- ¿Proponer líneas temáticas?
Este tiempo debe estar contemplado en el precio final.
4. Incluye reuniones y comunicación constante
A diferencia de encargos puntuales, los proyectos extensos suelen implicar:
- Reuniones semanales o quincenales.
- Coordinación con otros equipos.
- Cambios de estrategia durante el proceso.
¿Cómo valorarlo?
- Estima cuántas horas mensuales te tomará esta parte.
- Aplícalo a tu tarifa por hora.
- Suma este monto a tu propuesta final.
Tu tiempo fuera del teclado también es trabajo.
5. Define el número de revisiones incluidas
Es común que los proyectos largos pasen por varios filtros. Si no lo aclaras, podrías terminar haciendo revisiones infinitas.
- Define cuántas revisiones se incluyen por texto o entrega.
- Especifica qué tipo de cambios se cubren (de forma o de fondo).
- Ofrece revisiones extra por un costo adicional si es necesario.
Esto protege tu tiempo y evita desgaste innecesario.
6. Aplica descuentos solo si te conviene
Algunos clientes esperan pagar menos por proyectos largos. Tú decides si lo aceptas o no.
Puedes ofrecer:
- Un descuento por volumen, solo si el proyecto es muy grande.
- Beneficios extra (como una revisión adicional, no rebaja directa).
- Una tarifa mensual fija para pagos anticipados.
Nunca bajes tu precio sin ajustar el alcance. Descuenta con estrategia, no por presión.
7. Considera el valor estratégico del cliente
No todos los proyectos se valoran igual, aunque tengan el mismo volumen de trabajo.
Valora más si:
- El cliente tiene un gran alcance y te dará visibilidad.
- Hay posibilidad de trabajo recurrente a largo plazo.
- Te permite trabajar en un nicho que te interesa.
- Aporta prestigio a tu portafolio.
Este “valor extra” no siempre se cobra, pero puede influir en tu decisión de precio.
8. Establece entregas parciales y pagos escalonados
Para no comprometerte con mucho sin garantía de pago, estructura el proyecto por fases.
Propuesta ideal:
- Divide el trabajo en bloques (por ejemplo, por mes o por cada 10.000 palabras).
- Define entregas específicas con fecha.
- Asegura pagos por adelantado o contra entrega parcial.
Esto protege tu flujo de trabajo y tu ingreso.
9. Usa contratos y propuestas claras
Nunca empieces un proyecto largo sin acuerdos por escrito. Un contrato claro evita malentendidos.
Incluye:
- Alcance exacto del trabajo.
- Cronograma de entregas.
- Tarifas y forma de pago.
- Número de revisiones.
- Criterios para extender o cancelar el proyecto.
Puedes usar Notion, Canva o plantillas en Google Docs.
10. Evalúa tu rentabilidad con el tiempo
Algunas veces, un proyecto largo parece atractivo al inicio, pero se vuelve poco rentable.
- Registra cuánto tiempo real te toma cada fase.
- Evalúa si estás ganando lo suficiente por hora trabajada.
- Ajusta tu tarifa si el cliente amplía el alcance sin aumentar el pago.
- No tengas miedo de renegociar si las condiciones cambian.
La rentabilidad no se asume: se mide y se defiende.
Precificar bien es parte de ser un redactor freelance profesional
Como redactor freelance, tu valor no está solo en las palabras que entregas, sino en el tiempo, la estrategia y la calidad que pones en cada proyecto. Saber precificar proyectos largos de forma justa, clara y rentable es clave para construir una carrera sostenible, sin agotarte ni subvalorarte.
No tengas miedo de cobrar lo que vale tu trabajo. Tu experiencia y compromiso lo justifican.